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jueves, 24 de noviembre de 2011

¿"Sandfishing"?

Está claro que si analizamos la palabra Rockfishing, nos damos cuenta que se refiere a la pesca de peces de roca; y esa sería precisamente la pura definición de Rockfishing.


Pero, está claro que con el equipo de Rockfishing podemos acceder a muchas otras especies de peces que no viven o no pasan la mayor parte del tiempo en zonas rocosas. Estoy hablando de las zonas de arena, esas que muchas veces no nos inspiran mucha confianza y nos parecen ausentes de vida.
La verdad es que después de varias jornadas de analizar y pescar en estas zonas los resultados son más que satisfactorios. Hay muchos peces alimentándose allí, sobretodo minitallas, que es lo que buscamos y además, la mayoría de las especies están dispuestas a morder nuestros engaños artificiales. Lagartos, herreras, doradas, palometas blancas, etc. Aunque las reinas de estas zonas son las arañas. Son peces tremendamente agresivos y que llegan a tamaños realmente considerables de hasta más de 1kg dependiendo de la especie. Estos animales ya nos darán luchas más que respetables y sobretodo muy divertidas con los equipos ultralight.









Spots”:

Los mejores “spots” suelen ser dónde hay irregularidades en el terreno. Bancos de arena, pozas producidas por un remanso de las olas, escalones, piedras aisladas, etc. Suelen ser los sitios dónde se reúnen los peces pasto que atraerán a los peces que buscamos.

Aún así, tampoco podemos desdeñar dedicar algunos lances a las zonas más uniformes, puesto que muchos peces también habitan ahí, o se encontraran de paso.

Por supuesto, como es sabido, las zonas con salidas de agua dulce serán “spots” en los que obligatoriamente deberemos dedicar un rato a lanzar diferentes artificiales puesto que atraen sobremanera a todo tipo de especies que saben que el agua dulce es una fuente de comida casi segura.








Señuelos:

Depende de lo que busquemos o lo que creemos que pueda haber en la zona optaremos por unos señuelos u otros.
- Debido a que muchos de los peces que en los arenales encontraremos de tallas reducidas, un pequeño jig con triple trasero, aprovechando que es imposible normalmente enrocar, de 3g-10g nos servirá a las mil maravillas para prácticamente cualquier situación. Son un tipo de señuelos todoterreno que nos permiten larguísimos lances y pescar en cualquier capa de agua e imprimirles infinidad de recogidas y velocidades diferentes en función de lo que necesitemos.


- Los vinilos con cabeza plomada también servirán en este escenario, aunque si los peces son de boca pequeña como sargos o herreras de comedido tamaño sólo conseguiremos que nos corten la cola del blando señuelo.

- Sin duda el tipo de señuelo que más me gusta utilizar en los arenales, junto a los pequeños jigs, son los paseantes hundidos. Este tipo de señuelos se enrocan muy fácilmente al llevar dos anzuelos triples, de ahí que aproveche para utilizarlos en las zonas de arena y los resultados son espectaculares, llegando en algunas jornadas a desbancar el número de capturas de los jigs.

Los paseantes hundidos también se lanzan muy bien y tienen la ventaja, al ser menos densos que el plomo, de hundirse más lento, por lo tanto podemos utilizarlos en recogidas más lentas y con más “twiching”, algo que a veces marca la diferencia.


- También podemos probar con señuelos de superficie. No es raro que en esas zonas merodee algun palometoncete o lubinita que no hará ascos a un pequeño paseante rompiendo la superficie.

Condiciones del mar:

Tengo claro que me gusta más practicar el Rockfishing (o “Sandfishing” en este caso) en condiciones de mar calma. Supongo que porque me es más fácil manejar y dar vida a señuelos tan pequeños y tan vulnerables a corrientes y olas. Por lo tanto los mejores resultados en las zonas de arena los he conseguido con mar calma, como mucho con olas de mar de fondo de poco más de un palmo.
Como podéis intuir, el oleaje, sobretodo esas olas que rompen en la playa nos dificultaran mucho la pesca de tan pequeños peces, al transmitirnos demasiadas sensaciones el liviano equipo, notando la más mínima ola rompiendo sobre la línea o alguna corriente arrastrando el señuelo.

 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El Rockfishing y las condiciones del mar

Probablemente un tema que no se ha tratado para nada y del que no hablamos mucho los practicantes del Rockfishing es en el estado del mar a la hora de salir a pescar y los diferentes resultados (si es que lo son) en función de éste.

Como sabemos el Rockfishing se puede practicar en cualquier zona costera, pero en este caso me voy a centrar en donde más afectan las condiciones del mar y en las que además, seguramente sean las zonas por antonomasia del Rockfishing: Las zonas de roca.

Voy a relatar brevemente los resultados de tres días distintos en la misma zona de pesca con diferentes condiciones del mar en cada una de las jornadas:


Primer día, mar ajetreada:

Mar de fondo de más o menos 1m y sin nada de viento, las condiciones parecían propicias y así fue. Al llegar al pesquero mi compañero Lluis engancha a la grapa un paseante que excedía en unos gramos la acción de su caña, todo para intentar hacer subir alguna lubina. Primer lance, dicho y hecho ¡sube una lubina! No llega a clavarse, vuelve a lanzar y ahora sí, lubina clavada. Después de una más bien mediocre lucha, en que ni siquiera sacó hilo el animal, conseguimos varar una lubina de un par de quilos.
Mientras él luchaba el serránido, a mi me dio tiempo de sacar tres obladas en superficie con el Chinupen y alguna más con otros señuelos, además de tener una persecución de otra lubina.

Oblada con un Zipbaits Raphael.

Sargo con jig montado con assist hook.
Fuimos recorriendo el roquedo en busca de sargos, éstos no defraudaron. En prácticamente cada postura sacábamos varias obladas y algún que otro sargo. Además fue uno de esos días para probar señuelos. Vinilos, jigs, minnow, lipless minnows, paseantes de superficie y hasta pequeños bucktails. Todos los señuelos sacaron sargos y obladas, hasta tuve varias picadas de un sargo al Chinupen en superficie; además de alguna vaca que iba sucumbiendo a los vinilos.

Para rematar la jornada, cuando ya estábamos a punto de dejarlo, satisfechos por la cantidad de picadas y capturas, Lluis y yo clavamos dos lubinas prácticamente a la vez. Yo con el infalible Chinupen en superficie, y Lluis con un Wander 90. La mía dio una brutal carrera y se desclavo, mi compañero no tuvo “tanta suerte” y le partió la línea por el roce con las rocas quedándose sin su nuevo señuelo.










Finalmente caminando unos 50m más encontré una cueva llena de sargos. Fue lanzar un bucktail de Jurela's Jigs de 3,5g y obtener varias picadas hasta que algo se clavó. Las cabezazos y carreras eran de infarto, finalmente conseguí subir un precioso sargo de unos 40cm.
Volví a lanzar en el mismo sitio, dejo hundir hasta el fondo y los mismo que en el lance anterior, volvió a salir otro sargo descomunal.
Ahí dimos por finalizada la jornada y decidimos volver.

Sargo con bucktail de Jurela's Jig de 3,5g.


Segundo día, mar plana:

Sargo con Jurela's Mini Craw color miel.
No inspiraba tanto como el día anterior, ver el mar sin movimiento alguno y el agua como el cristal. Salieron muchísimas menos obladas, los sargos no defraudaron pero tampoco salieron demasiados, y todos a señuelos mucho más realistas como pequeños vinilos y alguno a minnow. La nota positiva fue un bonito mero por parte de mi compañero Lluis.

Mero con minnow.

Aún con todo, no nos pudimos quejar para nada, salieron peces y el paisaje es impresionante, solo por eso vale la pena la caminata.


Tercer día, mar de fondo:

Oblada con un Mebapen Hotaru.
Olas de medio metro y con viento de espaldas, algo intermedio, ni mucho ni poco.
Los sargos costaron bastante de encontrar y de hacer morder, aún así nos hicimos con unos cuantos, sobretodo al final de la jornada en una zona donde abundaba más la espuma, la mayoría con minnows. Salieron bastantes obladas más que el día de mar calma, como es lógico, éstas se tiran a todo, les daba igual el señuelo, vinilos, minnows, todo funcionó.



Sargo con Rapala X-Rap XR6.

Lubina con Reef Pencil y equipo ultralight.
Además tuvimos tres buenas piezas clavadas, de las cuales solo salió una. Primero Lluis engancho un bonito espetón que rondaría los 3kg o 4kg que le acabo cortando el 0,20mm de monofilamento que llevaba.
Al rato yo clavé un palometón del que no pudimos adivinar el tamaño. Lancé un Picol'eau de 7cm con una cabeza plomada de 4g, al empezar a recoger noté un fuerte tirón que no clavé, volvió a morder al instante y al clavar vi que era algo grande. Varios cabezazos en superficie y carrera de escándalo. Fui apretando el freno progresivamente y se paró por un momento, pero pocos segundos después volvió a correr y sacar hilo que se las pelaba, cerré un poco más el freno pensando que me vaciaría hasta que partió el bajo ¡Lástima!
La última fue de Lluis, quién divisó una lubina y a base de insistir consiguió hacerla morder a un Reef Pencil de 8cm pintado por él mismo. La lucha fue dura pero conseguimos sacar al pez, un par de fotos y al agua de nuevo.


Y ahí se acabó la jornada, habíamos tenido suficiente y quedaba un largo camino de vuelta.





Conclusiones”:

Lo que podemos sacar en claro de estos tres días es que el mar algo revuelto y ajetreado es mucho mejor, en general. Los peces se confían mucho más, o están más por comer. Ésto en detrimento de la facilidad para sacar las piezas, y es que culpa del estado del mar perdimos varias de buenas el primer día (el de más alboroto en cuanto a olas).

Otro apunte es que encontramos una zona donde caía por el acantilado algo de agua dulce, esa zona fue sin duda la mejor, en el mismo sitio conseguimos bastantes obladas, sargos, el mero de Lluis y una persecución de una lubina.

martes, 8 de noviembre de 2011

¡Más sorpresas!

Como siempre, el Rockfishing regalándonos bonitas sorpresas y mejores luchas. En el caso de hoy, probando suerte en superficie con un pequeño popper de Yo-Zuri ha aparecido una bonita loba indagando que era lo que rompía la superficie, a los pocos segundos de seguir el artificial ha intentado morder pero ha fallado, he seguido recogiendo con la misma frecuencia de tirones con la caña y ha vuelto a morder sin llegar a clavarse. ¡Qué lástima! Lo he seguido intentando lance tras lance sin que apareciera otra vez el serránido.

He decidido de cambiar de señuelo y he enganchado a la grapa un Smith Chinupen, para seguir haciendo ruido en superficie. A los pocos lances he podido divisar a unos 50m algunos pececillos saltando, no llegaba a la zona caliente por unos pocos metros pero he insistido lanzando en esa dirección hasta que el agua ha estallado justo donde estaba mi señuelo. No he notado nada hasta que un instante después ha vuelto a romper la superficie un bonito palometón, esta vez sí se ha clavado y ha empezado a cabecear e intentar zafarse del anzuelo. La posterior lucha ha sido de libro, carreras para acá, carreras para allá, algunos instantes que “ni tu ni yo” con el carángido de lado hasta que lo he podido acercar a agarrarlo de por la cola e izarlo. Mediría unos 55cm, un par de fotos rápidas y al agua de nuevo, por supuesto.


domingo, 6 de noviembre de 2011

La expansión del Rockfishing

Sin duda hay algunos factores indispensables, y seguramente comunes en muchos campos distintos, para que algo tenga éxito.

No podía imaginarme hace tan sólo unos meses cuando empecé a dedicarme, un poco más en serio que hasta ese momento, al Rockfishing, la aceptación que iba a tener.
Para alguien que no está familiarizado con la pesca, o más concretamente con la pesca con artificial, esto de pescar vaquitas y gobios con señuelos puede parecer una absoluta tontería y pérdida de tiempo. Pero por otra parte, para los amantes de la pesca y no de matar pescado, les parece una modalidad muy interesante y muy técnica.

Por supuesto el Rockfishing reúne algunos de los factores que comento al principio, como podrían ser la escasez de capturas con otras modalidades, el abanico de especies posibles con esta técnica, lo que desemboca en una abrumadora productividad, o el simple hecho de enfrentarse a nuevos retos; y sobretodo una de las facetas que más me atraen, personalmente, del Rockfishing es el hecho de todo lo que queda por descubrir en cuanto a material (sobretodo señuelos), zonas, técnicas, etc. Todo esto es algo que “engancha” y atrae a muchos a iniciarse.

Os invito a visitar, además de los blogs extranjeros de nuestros amigos ingleses y franceses entre otros que tengo en “Mi lista de blogs”, los dos blogs que poseen respectivamente mis amigos Pablo y Miguel:


Y para los que tengan Facebook y quieran seguir y unirse a nuestras “tertulias” on-line se pueden unir al grupo “Rockfishing Spain”.

martes, 1 de noviembre de 2011

El potencial del equipo de Rockfishing

Son muchos a los que no les convence o les da algo de miedo utilizar equipos tan ligeros como los de Light Rockfishing. Estamos hablando de cañas de poco más de dos metros de longitud con acciones de hasta 8g o 10g y en algunos modelos a penas 70g de peso total de la caña. Emparejadas con carretes de tamaño 1000, casi los más pequeños que fabrican las marcas más conocidas del mercada, como Shimano, y que caben en la palma de la mano. Ésto junto con líneas de poco más de una décima de milímetro de diámetro.


La verdad es que estos equipos tan ligeros al principio parecen frágiles y hasta son difíciles de manejar porque es como si no tuvieras nada entre las manos, además de lo complicado percibir el movimiento de artificiales de unos pocos gramos de peso. Pero al cogerles en tranquillo son equipos tremendamente cómodos de utilizar, sin cansarte para nada durante toda una jornada de pesca.


Parece impensable que estos equipos sean capaces de parar misiles de hasta 2kg o 3kg, por decir algo. Pero la verdad es que jornada tras jornada se está demostrando que es posible sacar prácticamente cualquier pez que ronde cerca de la costa; eso sí, siempre dependiendo de las condiciones y características de donde clavemos el pez.

Lubinas, palometoncetes, espetones, doradas, sargos o llampugas son algunos de los peces que he sacado con el equipo de Rockfishing, algunos de ellos entrados en carnes y para nada ni caña ni carrete han mostrado signos de desfallecimiento. Todo pasa por saber mantener la calma y sobretodo saber donde están los límites de nuestro equipo, saber manejarlo y tener el freno del carrete perfectamente regulado, las carreras de una llampuga de 2kg con el equipo de rockfishing son de infarto.
A partir de ahí todo es posible y son pocos los peces que he sacado con el equipo de spinning que creo que sería imposible sacar con el de Rockfishing.






Hay que tener en cuenta en todo momento, pero, que con el equipo ultralight a lo que vamos no es a por peces de más de medio o un quilo. En tal caso hay que agotar al pez y se hace difícil reanimarlo para devolverlo a su medio, por lo tanto, todas esas capturas de tamaños XXL para el liviano equipo, son fortuitas.