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domingo, 22 de septiembre de 2013

Cañas para el Rockfishing

Hoy en día en cuanto a Rockfishing, como en cualquier modalidad de pesca encontramos en el mercado una gran variedad de cañas específicas. Esto acaba siendo un problema a la hora de elegir, si no se tiene algo de experiencia y/o no se sabe lo que se quiere pescar ni cómo. Además de eso, algunas marcas aprovechan para fabricar cañas con blanks que no son los idóneos para esta modalidad a la que están destinadas, lo que aún dificulta más la tarea de hacernos con nuestra caña adecuada.

Cinnetic Explorer para Rockfishing. Foto: David Sánchez (http://davidsanchezpescayfotografia.blogspot.com.es/)

Muchos son los que me preguntan qué caña comprarse, cosa a la que han de responder ellos en función de lo que quieran pescar y cómo. Por ello, voy a intentar en esta entrada aclarar algunas dudas para que todo el mundo sepa por qué características decantarse a la hora de seleccionar su caña de Rockfishing.

Para empezar, no debemos confundir las cañas de spinning con capacidades de lanzamiento (“cw”) muy bajas, porque serán cañas con acciones demasiado blandas, pocas anillas y pesadas. Aspectos que para el Rockfishing no nos interesan. Lo cual no quiere decir que en determinadas ocasiones no nos funcionen bien.

Por otra parte, a la hora de elegir nuestra caña debemos tener en cuenta que a grandes rasgos existen dos tipos de cañas para Rockfishing: las de puntera sólida (solid tip) y las de puntera hueca o tubular (tubular tip).

Solid tip y jighead pequeño, buena opción.

Solid tip 
El hecho de que algunas cañas para Rockfishing sean de punta sólida significa materialmente que llevan un injerto de fibra macizo en la parte de la punta de la caña, normalmente los 30cm o 40cm más cercanos al extremo superior.

En general, lo más característico de las cañas de tipo solid tip es que tienen una mayor sensibilidad, siendo la parte más fina de la caña (top diameter) menor en cuanto a diámetro que las tubulares.

Mayoritariamente las marcas ofrecen estas cañas capacidad de lance de hasta 5g, estas varas serán ideales para mover cabezas plomadas de hasta 3g, pudiendo notar toda interacción con el fondo marino o sutiles picadas de los peces más pequeños, pero no las más indicadas para mover señuelos duros, debido a su punta excesivamente sensible para darles movimiento a los “hardabaits”.

Aunque en España son algo más difíciles de encontrar, también existen modelos de cañas tipo solid tip con capacidad de lance de hasta más de 5g. En estos casos, por ejemplo cañas de hasta 10g, nos servirán también para señuelos como minnows o jigs, aun siendo sólidas. Aunque seguramente no serán las mejores cañas para ir lanzando paseantes a lo lejos desde playa, por ejemplo.

Puntera sólida (arriba) y puntera tubular (abajo).

Tubular tip 
Tubular, la mejor opcion para peces potentes.
Las cañas tubulares tiene la particularidad de venir con la punta de la caña hueca, de ahí el apodo “tubular”. Éstas cañas tienen el “top diamater” mayor que el de las cañas sólidas. Al ser huecas por dentro y debido a su construcción tienen menor sensibilidad y más potencia que sus hermanas “solid”.

Normalmente la mayoría de modelos que encontraremos en el mercado tendrán una capacidad de lance de hasta 7g o más, por lo que son cañas que se parecen un poco más a las de spinning y nos servirán mejor que las sólidas si lo que pretendemos es utilizar señuelos duros como minnows, paseantes, poppers, jigs, etc. Los modelos de hasta 10g o 12g serán perfectos si nuestra intención es buscar peces algo más grandes como pelágicos de hasta 1kg o 2kg, aunque también pueden con peces de más de 5kg, no es lo más recomendable.


Con ésta información debemos pensar, como decía al principio, qué es lo que queremos pescar y cómo. Queda claro que si queremos pescar con vinilos y cabezas plomadas de 3g como mucho, lo ideal será decantarse por cañas sólidas de hasta 5g; y si queremos pescar mayoritariamente con señuelos duros, una caña tubular de hasta 7g u 8g por ejemplo.
  

También cabe tener en cuenta las cañas para “ajing” (pesca de jureles), una modalidad muy extendida en Japón para la cual encontramos muchos modelos distintos específicos. Evidentemente esa será nuestra elección si lo que pretendemos son jureles al más puro estilo nipón, con técnicas como el OTD.

Esquema de la curva de una caña sólida extra fast (línea roja) y una caña tubular regular fast (línea azul) al aplicarles peso.


















A parte de todo esto, existen una infinidad increíble de cañas con diferentes acciones, capacidades de lanzamiento, tipos de blank, y un largo etcétera que deberemos consultar en caso de querer algo muy específico, pero ese no será el caso cuando se empiece.

Como siempre, lo mejor sería tener un equipo para cada ocasión, pero al iniciarse en una modalidad, normalmente no se puede, así que mi recomendación si se quiere una caña “todoterreno” es elegir una tubular de hasta 7g o una sólida de hasta 10g. Éstas son cañas totalmente polivalentes que nos pueden hacer la función un poco para todo.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Llampugas a Rockfishing

Desde que pesqué la primera, siempre he tenido claro que el pez con el que más disfruto pescando es la llampuga (Coryphaena hippurus). Aun pudiendo pescar peces más grandes, éstos nunca podrían darme las sensaciones que me dan las llampugas. Sus increíbles colores, su forma de atacar, su tamaño perfecto para rockfishing o spinning light (siempre hablando de Mediterráneo, que no tiene nada que ver con los monstruos que se llegan a sacar en el trópico o subtrópico), etc. hacen que para mí sea el pez más completo y con el que más me divierto de los que tenemos por aquí.

Una de las primeras que salieron, con el Sebile Splasher 72, las pescaba hasta estando parado.
Ésta entrada viene a raíz de que llevamos por aquí un par de años realmente malos para esta especie (teniendo en cuenta que es un pez migratorio y que cada año se acerca en más o menos cantidad), y ayer, por fin, pudimos disfrutar de un gran banco de estos peces.

Otra de las muchas llampugas a popper.

Dimos con ellas después de una mañana en búsqueda de melvas, que formaban pajareras cada pocos minutos, pero ese día estaban dispersas y eran más bien pequeñas, con lo cual poca suerte tuvimos con estos peces. Al ir regresando, mi amigo Lluís quiso explorar una zona concreta buceando, mientras yo me quedaba en la embarcación. A los pocos minutos de estar él en el agua me comentó que rondaba por allí un palometón de unos 6kg, por lo que rápidamente cogí mi Cinnetic Capture Labrax, a la que llevaba puesto una cabeza plomada de 30g y un vinilo de unos 20cm, lo lancé en la dirección que me indicaba Lluís y recogí a toda velocidad, alternando tirones con la caña. No sentí nada, pero mi compañero me comentó que el pez había intentado atacar mi artificial sin éxito, lo había visto y grabado desde el agua, así que me decidí a poner un Bonga Minnow 95 y lo lancé todo lo lejos que pude, a favor de viento, alcanzando una gran distancia. A los pocos segundos de recoger hilo, divisé algo atacándolo repetidamente, rompiendo la superficie, por supuesto pensé que era el palometón otra vez, me subió la adrenalina y me preparé para clavar al sentir tensión en la línea, pero en seguida pude ver decenas y decenas de llampugas saltando fuera del agua, a lo lejos, en dirección a mi señuelo, mientras otras llegaban y lo mordían hasta que una quedó prendida. ¡Me subió aún más la adrenalina! Estaba sólo en la barca, pero por suerte tenía entre manos el equipo “pesado” de los que llevábamos, llamé a Lluís y pudo grabar alguna toma underwater y hacerme un par de fotos con la Go Pro. Posteriormente ya cogí el equipo de rock y empecé a pescarlas con el Splasher 72, ¡una gozada!

A la vez, avisé a los compañeros que estaban en otra barca: David, Miquel y Fernando; que en pocos minutos (si no segundos) estuvieron al lado de nosotros. Ahí empezó lo mejor del día, los 5 enganchados con las llampugas, peces por todas partes y disfrutando como nunca. No hay palabras que describan esos momentos, perdimos hasta la noción del tiempo, no sé si estuvimos 30min o 1h, pero a mí me pareció que sólo duraba unos segundos.

David con una de las primeras llampugas que sacó.
Acabamos pescando con los señuelos que llevaban anzuelos simples, chafando muertes y Fernando hasta con el Splasher 72 ¡sin anzuelos! y yo con el IMA Popkey con sólo un anzuelo trasero sin muerte. Hasta pudimos grabar algún que otro vídeo, dejo un par de enlaces abajo, cortesía de David y Lluís.

Miquel con otra llampuga, ésta con el Sebile Bonga Minnow 72.
El equipo empleado por mí fue el que viene siendo típico en mis últimas salidas a Rockfishing: 
-Caña Major Craft Solpara SPS-T762M 1-7g
-Hilo Berkley Nanofil 0,08mm + Trilene 0,21mm (luego puse un Cinnetic Calibra 0,4mm para poder sacarlas del agua cogiendo el bajo)
-Señuelos Sebile Splasher 72 y Sebile Bonga Minnow 72 (con el equipo pesado utilicé el IMA Popkey y Sebile Bonga Minnow 95)

Así quedaron algunos de los señuelos. Arriba el Sebile Bonga Minnow 72 y abajo el IMA Popkey.
En conclusión, el mejor día de pesca para mí en lo que va de año, y uno de los mejores de mi vida, sobre todo por el hecho de poder compartirlo con quien lo compartí. A parte de eso, me queda claro que para pescar llampugas siempre anzuelos simples, y mejor sin muerte, estos peces se clavan por cualquier lado y es peligroso.



 

domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Grip o no grip?

Una herramienta que se ha puesto muy de moda en los últimos años es lo que comúnmente se llama “grip” o “fishgrip”, lo que traducido literalmente al español sería atrapapeces.


Desde el ya antiguo y mítico Boga Grip de Eastaboga, el primer grip que se hizo más o menos popular en occidente han pasado ya años y con ello han ido saliendo muchas imitaciones, e incluso muchas marcas han creado aparejos con el mismo fin en otras formas, tamaños y materiales. Esta competencia ha hecho que se puedan encontrar desde hace algún tiempo, grips a precios realmente muy económicos, y seguramente ese sea el factor principal por el que se hayan puesto de moda. 

Y es que no cabe duda de las ventajas de los grips, que no son pocas. En primer lugar, nos permiten manipular el pez sin correr riesgo de picaduras en caso de animales venenosos como arañas (Trachinus) o escórporas (Scorpaena), y también mantienen nuestras manos alejadas de posibles dientes como los de las anjovas o espetones.

Además de eso nos aseguran un buen agarre del pez, con la comodidad de poder quitarle los anzuelos sin miedo a que se nos caiga, con el consiguiente golpe contra el suelo, y además, el hecho de no tocar al animal, lo que le quita parte de su vital mucosa. Siempre haciendo referencia al captura y suelta.

Otra ventaja es su peso, y es que algunas marcas los fabrican en materiales como el aluminio, lo que se traduce en un lastre de tan solo 40 y pocos gramos en el caso de los más ligeros. Los grips además nos pueden hacer las veces de sacadera, siendo mucho menos ostentosos y fáciles de transportar.

Hasta ahí todo muy bien. Muchas ventajas y comodidad. El problema surge de que a los peces no les es tan cómodo ni tan bueno el grip, y menos si no lo usamos correctamente.

Casi todos los grips son metálicos, lo que hace que la parte del pez que los toca pueda dañarse, en este 
caso siempre será la parte inferior de la mandíbula, que será muy fácil de agujerear en según qué especies.

De esta manera debemos comprender que si tenemos el pez en vertical, sujetado por el grip, también debemos mantener éste en vertical, alineado con el pez, o hacia los lados, de forma que no forzaremos la mandíbula del animal. 

Debemos tener en cuenta que los peces son animales diseñados por la evolución para vivir en el medio acuático, por lo que cuando los sacamos del agua la gravedad actúa en consecuencia y es fácil que los dañemos.

Es muy habitual utilizar los grips para levantar los peces sin tener en consideración el tamaño de éstos. Eso en los peces grandes es un problema, debido a que no están preparados para soportar todo su peso a través de la mandíbula, con lo que se les pueden ocasionar graves problemas. Por esto, si queremos levantar nuestra captura sin ocasionarle daños, la mejor opción será hacerlo con las dos manos. En caso de hacerlo así, pasa lo mismo que en el caso anterior, es importante mantener el grip alineado con el pez o hacia los lados, nunca hacia abajo, ya que de esta forma perforaremos con total seguridad su mandíbula.

Forma incorrecta de utilizar el grip. Como se puede apreciar en la imagen, agujerea irremediablemente la boca del pez.

Correcta utilización del grip. Alineado con el pez (izquierda) o hacia el lado (derecha).


Conclusión:
Después de unos cuantos años de ir probando distintos grips con distintas especies, sólo puedo decir que lo mejor es usar estos aparejos en situaciones de necesidad. Es decir, en peces que realmente pongan en peligro nuestra seguridad.
Por otra parte cabe destacar que en general los peces más pequeños sufren menos en el uso de los grips, padeciendo menos desgarros en la mandíbula y seguramente también menos lesiones internas que los animales de cierto porte (léase a partir de 1kg dependiendo de la especie).

Aprovecho para invitar a leer este fantástico manual sobre manipulación de peces realizado por mi amigo David Sánchez: